martes, 12 de noviembre de 2019

La Isla de Pascua



Mucho se ha especulado a cerca de los orígenes de la civilización que un día fue capaz de esculpir y poner en pie esos espectaculares monumentos de piedra conocidos como moais y la verdad es que muy poco se sabe con certeza sobre los orígenes del pueblo Rapa Nui, cuándo empezó la isla a ser poblada y desde donde llegaron sus primeros habitantes.

Existen dos teorías acerca de quienes fueron esos primeros navegantes intrépidos que encontraron la Isla de Pascua y decidieron instalarse en ella fundando una nueva civilización.


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Thor Heyerdahl, científico noruego que dedicó gran parte de su vida a estudiar los patrones migratorios polinesios y su posible vinculación con Sudamérica, sostuvo la idea de que fueron los nativos sudamericanos los que navegaron a través del Océano Pacífico y poblaron la Isla de Pascua. Para probar su teoría, en 1947 salió de la costa del Perú en una rudimentaria barca de madera –la Kon Tiki– y consiguió arribar a la Polinesia Francesa, siguiendo las corrientes marinas. Aunque su llegada fue bastante más arriba de la Isla de Pascua, sostuvo que saliendo de más al sur de América sería posible llegar a la Isla de Pascua. Esta teoría, bastante refutada desde sus inicios, ha sido negada más recientemente gracias a pruebas de ADN que muestran que los Rapanui tienen genes polinesios y no sudamericanos.
Esta es la conocida como etapa clásica, cuando la cultura Rapa Nui alcanzó su máximo esplendor erigiendo enormes altares ceremoniales o Ahu en los cuales se levantaron las enormes esculturas talladas en piedra volcánica, que son el símbolo más característico de la Isla de Pascua. El período de los moais se extendió aproximadamente entre el año 800 d.C. y 1860, cuando el conflicto entre los distintos linajes cambió la historia de la Isla.
Al momento de morir el jefe de una tribu o alguno de sus miembros más importantes, se mandaba esculpir una estatua en la cantera de Rano Raraku, misma que luego sería trasladada hasta la aldea correspondiente, para que proyecte sobre sus descendientes su “mana” o poder sobrenatural, a través de su mirada. Los moais siempre se colocaron mirando hacia su aldea y sus descendientes, no hacia el mar, ya que su objetivo no era protegerlos de amenazas externas sino extender sobre ellos un manto protector.
También se especula que estas estatuas gigantes pudieron ser obra alienigena, hasta hoy en día la respuesta no es oficial pero quien sabe. ¿Qué creen ustedes?

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